miércoles, 16 de abril de 2014

Parte 1

Por el camino no perdí el tiempo. Me dediqué a buscar información sobre la ‘Coorporación Minera Nexus’, la compañía que solicitaba el rescate.

Fue fundada hace 50 años en el subsector Lymet, en el límite de la R.F.P. y la U.P.G; y ha tenido un crecimiento progresivo desde entonces. Hace unos 15 años esta coorporación compró un sistema (también en Lymet) llamado HGNOTE. Es un sistema estelar de dos soles, uno grande y otro pequeño que gira a su alrededor; dos gigantes gaseosos; y varios cinturones de asteroides. Tiene un complicado equilibrio gravitacional debido a que el sol pequeño no describe una órbita elíptica, sino que va trazando un órbita en forma de esfera. Se cree que antes poseía varios planetas sólidos, pero debido a la fuerza gravitacional que hacen los soles, colisionaron entre sí.

No había nada más disponible por la red, así que empecé a poner en práctica mis habilidades de hqcker. En unos diez minutos, había conseguido casi toda la información necesaria.

La compañía necesitaba rescatar un Carguero clase Atlas. Era de un tamaño considerable y constaba de una estructura en forma de cruz en la que se acoplaban y desacoplaban sus 60 contenedores. Había desaparecido en algún momento entre 1 mes y medio y 2 meses.

Necesitaban tripulación para completar 10 naves; 3 naves de rescate, 4 patrulleras de largo alcance y 3 cargueros con modificaciones de última hora.


Esto último no me sonaba precisamente bien, aunque la verdad es que así logré matar un poco de tiempo.

Cuando llegué al lugar de la cita, había unas 200 personas, pero no tardé en reconocer a mis antiguos compañeros de viaje.

-¡Mira qué encontrarnos aquí otra vez! - les saludé- Después de todo siempre volvemos a las naves.

El espacio era un lugar muy grande, pero tiene la extraña costumbre de unir a aquellos que están predestinados a ello. Se dice que una vez has estado ahí fuera, ningún planeta sería suficiente. Pero eso es solo para los románticos, y no había muchos por aquí.

-Va a ser que sí.-me respondió rápidamente el piloto, mirando hacia todos lados desconfiado.- aunque seria genial que esta vez estuviéramos más tranquilitos.

Ramírez era un humano de edad media, con el pelo castaño y los ojos marrones. Tenía la piel algo morena y no medía más de 1’70. Solía ir despeinado y era bastante despistado, y sobre todo, tenía un sueño profundísimo. Los pilotos nunca habían tenido fama de estar muy bien de la cabeza, y Ramírez tenía ese aire de que le faltaba algo en la mollera característico de su profesión.

-¡Qué bien que estamos todos juntos! - exclamó Anna con júbilo.

Anna también era humana, pero ella era bastante distinta a Ramírez. Era nuestra médico de a bordo. Tenía el pelo rizado y pelirrojo, con una tez pálida, casi blanca; y los ojos verdes. Era bastante atenta y simpática, y solía estar concentrada en su trabajo. Me parece bastante curioso cómo hay tantos humanos en la galaxia y tan distintos.  

En ese momento, me percaté de que alguien más estaba presente en la conversación y no lo conocía. Era un chico con la tez algo azulada y el pelo castaño, se le veía algo tímido y reservado.

- Hola, soy Aïsha, ¿podría saber tu nombre?- dije mientra tendía una pata en su dirección.

-Eh... me llamo Mark.- dijo con una mezcla de asombro e incomodez en el rostro.

Viendo que no me diría nada más, le apoyé la mano en el hombro e hice uso de mi telepatía. No es algo común entre los Lixnels y no es algo que podamos hacer con facilidad. Mi poder es muy básico y solo me permite leer la mente de alguien durante un periodo muy corto de tiempo, pero bastó para asegurarme de que no era nadie peligroso y que venía con Anna.

Estuve un buen rato compartiendo de cháchara casual con mis compañeros y luego pasamos a hacernos unas entrevistas. Justo antes de mi pasó un chico muy campechano y con una gran sonrisa en el rostro. Me llamó especial atención la pureza de esta. 

' Qué felicidad solo con una entrevista' pensé sonriendo para mí y eso renovó algo mis energías.

Al salir de la entrevista, me sorprendió bastante ver ahí a mi colega cazarrecompensas. Siempre (y cuando digo siempre es siempre) acabo metiéndome en líos gordos con él.

-¿También buscando algo de trabajo?- le pregunté.

-Sí, bicho, y me temo que tú también- dijo de mala gana al mismo tiempo que entraba a la sala de la entrevista.

-Yo también me alegro de verte- le respondí con una sonrisa de medio lado.

Jericó es bastante peculiar. Todo lo que sea 'No-humano' (incluso a veces los de su propia especie que tengan rasgos extraños) lo considera un ser inferior. No es algo que entienda pero cada persona con lo suyo. Normalmente este rechazo se manifiesta con motes como 'bicho' o 'bola de pelo intergaláctica', pero sé que esto le habrá traído problemas en el pasado y lo hará en el futuro.

A parte de eso es una persona reservada y muy profesional, algo que se agradece bastante. Siempre lleva consigo todo un arsenal que termina resultando increíblemente útil. 

Cuando estuve segura de que todos habíamos salido de la entrevista, les mandé un correó con una hora y la dirección de una cafetería cercana para discutir si era interesante contestar al trabajo o no y darles la información extra que yo poseía.

Llegó el momento y allí estaban Anna y Mark, Ramírez y Jericó, sentados en una mesa con una bebida delante de ellos y charlando. Anna contaba algo con energía a Ramírez mientras este asentía sin prestar mucha atención y de vez en cuando dejaba escapar un leve bostezo. Por el otro lado, Jericó miraba con ojo crítico a Mark mientras este se removía inquieto en el asiento, obviamente incómodo.

'Hora del rescate' pensé mientras emitía un difícilmente audible bufido y me acercaba a ellos.










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